Cómo abordar el cáncer de mama durante el embarazo

Publicaciones entre 2007 y 2018

En general es el cáncer más frecuente en la mujer. En el mundo se estima una incidencia anual de 43 por 100.000 mujeres, con un evidente aumento progresivo en los últimos 10 años. Esta incidencia es diferente en distintos grupos de edad y claramente mayor después de los 45 años.  En lo específico, ¿qué pasa si esta patología se diagnostica durante el embarazo? El Dr. Claudio Vera, especialista en medicina materno/fetal de la Red de Salud UC CHRISTUS, se refiere a este tema.

La sola palabra “cáncer” provoca temor y angustia entre quienes lo padecen. Más aún cuando se trata de mujeres a quienes, durante su embarazo, se les diagnostica cáncer de mama,  en especial por las consecuencias que puede tener tanto para ella como para el hijo que espera. Por lo mismo, en esta etapa es necesario estar atentos para vigilar cualquier posible cambio en la glándula mamaria.

Por lo general, es difícil detectar esta patología debido a que la mujer suele confundir los síntomas con las molestias propias ocasionadas por el embarazo, condición que la lleva a consultar en forma tardía.

“Toda mujer embarazada debiera tener un examen de mama durante el embarazo en el primer control prenatal”, advierte el especialista en medicina materno/fetal de la Red de Salud UC CHRISTUS, Dr. Claudio Vera, al precisar que los cambios normales que ocurren durante el embarazo dificultan la detección de un cáncer de mama. “Las mamas están más sensibles, aumentan su consistencia, y eso hace más difícil encontrar nódulos subyacentes”. 

Incidencia

En nuestro país la incidencia de cáncer de mama ha ido creciendo y actualmente es el cáncer más frecuente en mujeres chilenas. De acuerdo al proyecto Milenio www.canceronline.cl, la cifra es de 40 casos por cada 100.000 mujeres, enfermedad que ocupa el segundo lugar entre las causas de muertes por cáncer femenino (11 muertes por 100.000 mujeres).

En el caso específico del cáncer de mama durante el embarazo, no hay cifras oficiales; sólo estimaciones. “La incidencia y prevalencia de un cáncer van a depender de distintos factores y entre éstos tenemos las modalidades de screening o tamizaje de las pacientes”, comenta el Dr. Vera, al manifestar que en la edad fértil el cáncer de mama es poco frecuente. De hecho, agrega, en Chile el 90% de las muertes por este cáncer ocurre en mujeres mayores de 45 años y el 10% de las muertes ocurre antes de los 45 años. Según las últimas estimaciones de GLOBOCAN 2012 (Proyecto OMS y la Agencia Internacional de Investigación para el Cáncer) se  estima que para Chile la incidencia de cancer de mama en mujeres de 15 a 39 años es cercana a 8 por 100.000 y de 40 a 49 años de 52 por 100.000. En Estados Unidos se estima una incidencia de cáncer de mama durante el embarazo de 6,5 mujeres por 100.000 nacidos vivos. Si transferimos las cifras a Chile donde hay 230 mil nacidos vivos anuales, podemos hablar de una incidencia de 15 embarazadas con cáncer de mama al año. En la Red de Salud UC CHRISTUS donde se atienden en promedio 3.600 partos anuales, observamos no más de 2 embarazadas con cáncer de mama al año”, precisa el Dr. Vera.

Síntomas y factores de riesgo

Se estima que aproximadamente un 10% de mujeres mayores de 30 años pueden padecer cáncer de mama asociado al embarazo o la lactancia, y esto a su vez tiene relación con la postergación de la maternidad.

“Uno de los principales factores de riesgo es el retraso de la maternidad, a medida que aumenta la edad es esperable que la incidencia de cáncer de mama aumente. Factores familiares y genéticos también pudieran influir”, comenta el especialista de la Red de Salud UC CHRISTUS.

Los signos que toda mujer debe tomar en cuenta al palparse y revisarse sus mamas son los siguientes: un nódulo o masa en la axila o mamas, si el pezón se hunde o tiene secreción,  cualquier cambio de coloración  y deformidad o ulceración en las mamas. En el embarazo los cambios normales de las mamas pueden generar confusión dado que aumentan de tamaño, están más sensibles y pueden tener secreción. Aun así, se recomienda que la embarazada esté atenta a cambios fuera de lo común y que los notifique a su tratante o equipo. Una masa o nódulo que persiste o aumenta en 2 semanas debiera ser estudiado.

Diagnóstico

Entre los métodos utilizados para el estudio de lesiones mamarias se encuentra la mamografía, la ecografía y la resonancia magnética. Probablemente la ecografía es el método más utilizado inicialmente dado el menor riesgo para el embrión y feto. Por  otro lado la mamografía puede ser utilizada protegiendo el abdomen de la paciente y considerando las medidas que permitan la menor irradiación. La resonancia magnética para el diagnóstico de lesiones mamarias requiere medio de contraste cuya seguridad en el feto no es clara, por lo cual, si es necesaria, se reserva para el periodo posparto. 

Una vez confirmado el diagnóstico se requiere evaluar la extensión de la enfermedad para lo cual estudios adicionales permitiran determinar su extensión y enfocar el tratamiento.

Tratamiento y efectos en el feto

El tratamiento de una paciente embarazada con cáncer de mama se planifica de la misma manera que una paciente que tiene la enfermedad pero que no está embarazada. La cirugía está en la primera línea de tratamiento, y si bien retrasar el tratamiento después del primer trimestre para disminuir el potencial riego de aborto asociado a una intervención quirúrgica es un tema a considerar, los resportes de pacientes intervenidas en el primer trimestre aparentemente no muestran una asociación con mayor riesgo de aborto. La segunda línea considera quimioterapia.

 “En ambos casos, tiene que recibir el tratamiento necesario para el cáncer de mama y si se trata de una embarazada, hoy existen medicamentos y tecnologías para tratar de disminuir los efectos potenciales de daño hacia el feto”, afirma el especialista, quien menciona que la quimioterapia podría provocar restricción del crecimiento fetal. “Por ello que una paciente con cáncer de mama requiere una evaluación interdisciplinaria que incluye el obstetra, oncólogos, cirujanos oncólogos, neonatólogos y genetistas. Desde el punto de vista fetal se requiere el seguimiento seriado de su crecimiento y bienestar con evaluación con Ultrasonografía y Doppler para evaluar el flujo sanguíneo a nivel placentario y fetal”.

Con respecto a la exposición del niño in útero, se estima que el riesgo de malformaciones congénitas es del 7,5%. Y cuando se retrasa la quimioterapia al 2do y 3er trimestre se estima una incidencia de 3,8%. Debe considerarse que la mayoría de los estudios son reportes de casos y series que evalúan en forma limitada la asociación.

Según los resultados de tres estudios internacionales presentados en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, en sus siglas en inglés) realizado en septiembre de este año en Madrid, administrar quimioterapia o radioterapia en mujeres embarazadas no conlleva ningún riesgo para el desarrollo mental o cardiaco de los bebés que aún se encuentran en el útero materno.

“Son tres estudios observacionales que tienen un seguimiento de decenas de casos en los cuales se ha evaluado con las terapias y la tecnología actual que los efectos pudieran ser no tan graves o severos como había sido pronosticado previamente. Ahora, en ningún caso es una información de absoluta seguridad. Aparentemente el riesgo de la madre sopesado con el riesgo fetal no impresiona ser tan alto para contraindicar el tratamiento”, asevera el Dr. Claudio Vera.  

Asegura que la progresión de la enfermedad va a depender más del tipo histológico que de la presencia de o no de embarazo. “Idealmente las pacientes con cáncer de mama tratadas no debieran exponerse a un nuevo cambio hormonal en el corto plazo que pudiera facilitar la mayor desarrollo de la enfermedad”.

Precisa que una de las evaluaciones importantes interdisciplinarias en las pacientes con cáncer de mama es la genética. Por tanto, si hay antecedentes de esta enfermedad en familiares directos debiera considerarse.

A tener en cuenta

  • Considerar que el principal factor de riesgo es el retraso de la maternidad: si decide embarazarse a partir de los 35 años el riesgo va aumentando.
  • Realizarse exámenes ginecológicos anuales, incluyendo el examen clínico de mamas.
  • Tener claro sus antecedentes de presencia de cáncer de mama entre sus familiares.