Beneficios del diagnóstico prenatal de cardiopatías congénitas

Publicaciones entre 2007 y 2018

En Chile estas malformaciones son las más frecuentes y la principal causa de muerte en recién nacidos. Pero la detección de estas cardiopatías en el embarazo permite tanto la preparación de los padres como la planificación del parto y atención neonatal acorde a las circunstancias.

Santiago, agosto 2008. El diagnóstico prenatal, además del tratamiento neonatal adecuado, pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte del recién nacido, o al menos puede mejorar su pronóstico. Los médicos de la Universidad Católica cuentan con la tecnología y experiencia suficiente para la atención pre y post natal de este complejo cuadro clínico. En Chile estas anomalías cardiacas son preocupantes, pues constituyen la principal causa de muerte neonatal precoz, junto a prematurez y muerte súbita. Uno de cada cinco niños que se muere en el primer mes de vida es por causa directa de alguna cardiopatía congénita, ocho de cada mil nacidos vivos tienen esta malformación y la mitad de estos casos corresponden a cardiopatías severas.

Entendidas las cardiopatías congénitas como aquellas malformaciones del corazón ya presentes en el niño al momento de su nacimiento, se debe precisar que en la mayoría de ellas no se ha podido determinar con certeza su causa. “Existen una larga lista y variedades de cardiopatías congénitas, y en la mayoría no existe una causa identificable que explique el por qué se produjo, sino que más bien se deben a errores en el desarrollo en etapas muy iniciales del embarazo. Eso mismo explica que la mayoría de ellas no tiendan a repetirse en caso de que la madre vuelva a embarazarse”, comenta el médico Cristián Belmar, gineco-obstetra del Departamento de Obstetricia y Ginecología UC.

En efecto, son pocos los casos en los cuales existen, por ejemplo, problemas genéticos que expliquen la ocurrencia de una malformación cardiaca, como el caso de algunos síndromes como el Di George, o niños con Síndrome de Down que, con mayor frecuencia, tienen problemas cardiacos congénitos.

El cardiólogo pediatra de la UC, Felipe Heusser, recuerda que hasta hace algunos años en Chile los niños morían de diarrea, desnutrición, o bronconeumonía. “Hoy siendo pocos los menores que mueren, la mayoría fallece dentro de los primeros 28 días, a causa de malformaciones cardíacas o del sistema nervioso central, una de las principales causas. Sobre estas últimas es poco lo que se puede hacer a diferencia de las cardiopatías, que pueden en su mayoría ser sometidas a tratamiento”, señala el especialista.

La probabilidad promedio de sobrevida con una calidad de vida aceptable tras el tratamiento a una malformación cardiaca es superior al 95%, comenta el cardiólogo pediatra de la UC. “Sin embargo, cuando este tipo de mal no se trata a tiempo la mortalidad es altísima”, acota.

Las alertas de un examen de rutina

Son cerca de 40 los tipos de cardiopatías congénitas que existen, algunas menos complejas y otras graves que incluso ameritan la intervención quirúrgica del niño al poco tiempo de nacer. Por ello es que resulta necesario el hallazgo precoz de estas anomalías cardiacas en los controles ecográficos de la embarazada, con personal médico y técnico capacitado para este diagnostico prenatal. “En términos prácticos se está entrenando a todos los médicos y personal de medicina materno-fetal, para que en el examen que hacemos entre las 11 y las 14 semanas y entre las 20 y 24 semanas examinen con detalle el corazón de acuerdo a los lineamientos que planteamos en la Sociedad Internacional de Ultrasonido en Obstetricia y Ginecología, ISUOG. Estos lineamientos contemplan un examen básico y otro extendido. Lo que pretende es mirar el corazón en sus cuatro cavidades”, señala el médico Hernán Muñoz, miembro del directorio de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología.

El examen rutinario, además de arrojar el estado de las cuatro cavidades del corazón (dos aurículas y dos ventrículos), también muestra las condiciones de la salida de las arterias desde el vital órgano. “Ha habido preocupación tanto a nivel médico, como entre las autoridades del Ministerio de Salud por difundir la trascendencia de hacer más exhaustiva la ecografía rutinaria del embarazo. Se han desarrollado programas de diagnóstico prenatal para este tipo de enfermedad. Pero creo que todavía hay mucho camino por recorrer en el sentido que aún los resultados de estos programas son muy preliminares. Es decir, debiera mejorar muchísimo la capacidad de diagnosticar estas enfermedades prenatalmente”, precisa el doctor Felipe Heusser.

En rigor son dos los exámenes prenatales que permiten diagnosticar estas malformaciones congénitas –con mayor precisión a las 22 o 26 semanas de gestación-, la ecografía obstétrica de rutina y la ecocardiografía fetal. “Estos exámenes alcanzan en manos de especialistas certezas de alrededor de un 90 por ciento. Pero lo fundamental es capacitar a todas las personas que realizan ecografías, pues la capacidad de detección depende claramente del entrenamiento del operador. Recordemos que la mayoría de los niños con cardiopatías congénitas provienen de madres que no tienen antecedentes que hagan sospechar la presencia de estos problemas”, consigna el doctor Belmar.

La preocupación por el tema dentro de la Salud pública se aprecia también, según el cardiólogo pediatra de la UC, por el hecho de haber considerado a las cardiopatías congénitas dentro de las primeras patologías que debían ser incluidas en el plan AUGE. “Esto no sucedió por azar, sino porque lo que se busca es reducir aún más la mortalidad infantil”, advierte.

Planificación del parto

El diagnóstico prenatal oportuno de estas malformaciones nos permite la planificación de un parto acorde a esta circunstancia, que requiere personal especializado y multidisciplinario e infraestructura hospitalaria. Pacientes de este tipo requieren centros de mayor complejidad, tanto en cuidados prenatales como postnatales. Son pocos los centros en Chile que cuentan con experiencia en cirugía cardiaca infantil, desde luego el del Hospital Clínico de la UC es uno de los pioneros en Chile y en algunos casos el único con la tecnología y experiencia suficiente para resolver problemas específicos.

“Todas las mamás deben pedir información sobre el corazón en la ecografía general, pero sólo algunas deben ser derivadas a la ecocardiografía fetal”, indica el doctor Heusser. “Es recomendable, por ejemplo, en embarazadas que antes tuvieron hijos con cardiopatías congénitas”, aclara el experto.

Los especialistas coinciden en que el trabajo interdisciplinario y coordinado entre obstetras, neonatólogos y cardiólogos infantiles es fundamental para la sobrevida y pronóstico de los niños que sufren cardiopatías congénitas.