Recrear las conexiones entre células a través de rondas, moldearlas con plasticina, fotografiarlas con microscopios de última tecnología y manipular elementos de laboratorio son algunas de las actividades que realizará un grupo de párvulos en el marco de Explorines, un innovador proyecto creado por investigadores de la PUC y apoyado por EXPLORA-CONICYT.
¿Como explicar a niños de tres años y medio qué es la microscopía de fluorescencia? “Nuestras indagaciones demuestran que si se hace en forma lúdica y práctica, ellos entienden casi inmediatamente. Entonces ¿Por qué no aprovechar esta etapa en que se encuentran tan ávidos de explorar y aprender?”, se pregunta el doctor Luis Sobrevia, director del Laboratorio de Fisiología Celular y Molecular (CMPL) de la División de Obstetricia y Ginecología de la Escuela de Medicina de la PUC, y director científico del proyecto Explorines.
Con esta propuesta -agrega el investigador- “queremos ‘atacar’ precisamente en ese momento, en que la capacidad intelectual de un individuo es tal que le permite adquirir información que después no se borrará fácilmente”.
Y para llevarlo a cabo, el doctor Sobrevia junto con las educadoras Claudia Muñoz (directora del proyecto) y María Paz Canales (co-directora) del jardín infantil Timonel dieron vida a este innovador proyecto que busca incentivar el interés por las ciencias y la investigación científica en preescolares.
En una primera etapa, Explorines será implementado en el nivel medio mayor (niños y niñas de 3 años y medio a 4 años y medio) del jardín infantil Timonel, de la comuna de Providencia, pero luego pretende ampliarse a otros centros, a través de distintas vías. El tema central de estudio será la célula.
“Un plus de este proyecto es que los niños se van a enfrentar a conceptos utilizados en investigación mayor. No sólo van a experimentar con modelos, sino también podrán venir a un laboratorio de investigación científica y relacionarse con investigadores profesionales”, apunta este especialista. Serán ellos -que están insertos en el mundo de la ciencia- quienes les entregarán estos conocimientos, con un lenguaje más preciso y técnico.
Las educadoras del jardín infantil, por su parte, serán las encargadas de ‘aterrizar’ estos conceptos al nivel de estos pequeños, con un lenguaje más simple y apoyando los aprendizajes con experiencias prácticas como juegos, rondas, títeres y actividades plásticas, entre otros recursos lúdicos.
“Antes de que los niños vengan el laboratorio, tendrán actividades de preparación en su jardín, donde se les va explicar con metodologías apropiadas para su edad qué elementos van a estudiar en la próxima visita. Por ejemplo, se les puede pedir que se tomen de la mano, como en una ronda, para explicar la interacción que existe entre dos células. Y eso después lo van a ver en el microscopio”, precisa el doctor Sobrevia.
Así, investidos de pequeños científicos (cada uno tendrá su delantal, bolsos de trabajos con materiales de ciencia y cuadernos de protocolo), los niños de este jardín se adentrarán en los conocimientos esenciales sobre la célula y aprenderán a formular y responder preguntas de investigación.
“Para que estos aprendizajes perduren no basta con una visita, se trata de un proceso más complejo, con una propuesta muy metódica, que implique un aspecto educacional fuerte y otro científico, y con metodología actualizada que se complementa con el producto final que es el conocimiento”, señala el doctor Sobrevia.
Las educadoras Claudia Muñoz y María Paz Canales sostienen que “ésta es una maravillosa oportunidad de potenciar las capacidades de los niños, que están en una etapa donde lo absorben todo. La experiencia nos ha demostrado que, aunque sean tan pequeños, sí tienen capacidades para investigar. Y todo lo que conozcan ahora les va a aflorar después, cuando en el colegio vuelvan a ver la parte científica. Creemos firmemente que en algún nivel de su cerebro, esos conocimientos, esas experiencias les van a quedar y van a despertar su curiosidad científica”.
El doctor Sobrevía coincide con esta apreciación. “Hemos conversado bastante con niños de esta edad y son realmente impresionantes, entienden mucho más de lo que un adulto se imagina. Sin embargo, la mayoría tendrá que esperar hasta bien avanzada la educación básica para conocer conceptos como la célula. A través de este proyecto podremos demostrar a esta edad que ellos ya pueden absorber ese tipo de información y llegar con un paso dado a la educación básica”.
*El proyecto Explorines se inaugurará oficialmente en septiembre y contará con la participación de las máximas autoridades de la Pontificia Universidad Católica, la Universidad del Bío-Bío y la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Este proyecto es co-financiado por CONICYT Anillos ACT-73 PIA y FONDECYT 1110977.