Resulta difícil de creer el porcentaje de partos que hoy se resuelve en el país mediante operación cesárea. En Chile hay algo más de 240 mil nacimientos al año. Alrededor de 90 mil de ellos ocurren en el sector privado de salud (clínicas), donde el porcentaje de operaciones cesáreas se acerca al 80%. En el sector público en cambio ese porcentaje está alrededor del 40 por ciento.
El grueso público puede creer que esto es indiferente, pero en realidad no lo es. En primer lugar si uno sólo observa la data muy general disponible, del mismo modo que los filósofos griegos de la antigüedad observaron la naturaleza y desarrollaron lo que hoy se conoce como filosofía de la naturaleza, las primeras conclusiones deberían ser: 1) si la cesárea fuese el método de reproducción de la especie humana, ésta se habría extinguido; 2) hay países que tienen un tercio o un cuarto de las cesáreas que nosotros tenemos con los mismos resultados maternos e infantiles; 3) el costo económico es mayor.
Sin embargo, existe una cuarta conclusión hoy disponible que requiere mayor análisis de la literatura médica, y que quizás por esa razón, la comunidad en general no la considera a la hora de tomar ciertas decisiones. Me refiero al aumento de las complicaciones cuando se trata de comparar un parto que se resuelve por cesárea vs aquel que se resuelve por la vía vaginal. Esta parte del análisis es de fundamental importancia en una época en que parte de las cesáreas realizadas responde a la solicitud materna.

Cuando se comparan los resultados maternos y perinatales (del niño/a por nacer y del ya nacido/a) de un parto vaginal vs una cesárea en un primer embarazo, existe más riesgo de complicaciones, incluida la muerte, para la cesárea vs parto vaginal, (hospitalización en UCI, histerectomía, infecciones, daño a órganos vecinos, trombosis venosa profunda), pero estos mayores riesgos no son muy altos. Lo que es más importante, sin embargo, es que basta que una mujer que tuvo una operación cesárea en su primer embarazo, tenga otro embarazo, para que todos esos riesgos, y otros, se multipliquen por mucho.
Por esa razón es que en la actualidad el consejo internacional (de todas las instituciones que dictan normas de manejo para las embarazadas) respecto de la cesárea por solicitud materna es que ella no se haga antes de las 39 semanas, que no se haga por temor al dolor, y que no se haga de ninguna manera si esa mujer planea tener más de un hijo.

Dr. Enrique Oyarzún, profesor titular División de Obstetricia y Ginecología PUC.